El niño que llevamos dentro

Cuando somos niños, somos expertos en reír, somos los profesionales en sentir alegría, tenemos la hermosa capacidad de hacerlo fácilmente, ¿será que somos los superhéroes de la risa? ¿Será que somos los superhéroes sonrisas?¿Recuerdas cuando eras niño? ¿Qué te hacía reír y sentir alegría?

Sabes, cuando somos niños, aprendemos empíricamente a reír y ser felices, cuando eras bebecito, tus papis, tus abuelitos, tus tíos, tus hermanitos, buscaban siempre hacerte sonreír a través de caras, gestos y sonrisas, porque su mayor objetivo era hacer de ti una persona feliz y así fuiste aprendiendo que mostrar tu sonrisa al mundo provoca felicidad a las personas que te rodean.

¿Recuerdas que jugar, saltar, correr y ser feliz eran parte fundamental de tu vida diaria? Simplemente ¿Eres adulto y sigues siendo tan alegre como cuando eras niño?

Cuando se es niño, simplemente vives el presente sin prejuicios, aún sabiendo que tienes responsabilidades como hacer tarea, ayudar en casa e ir a la escuela, sabes que son actividades que debes hacer pero eso no te agobia, ni te estresa, simplemente actúas de inmediato y no piensas en el mañana, incluso aunque sea un deber ir a la escuela, disfrutas asistir, porque resulta divertido ver a tus amigos, aprender con ellos actividades nuevas, incluso es emocionante cumplir años y pensar cuando seas grande.

Es cierto que cuando somos niños también lloramos y podemos sentir tristeza, pero ¿te has dado cuenta de la gran capacidad que se tiene al ser niño de pasar de la tristeza a la alegría de un momento a otro?, simple y sencillamente parece ser porque solo  se vive el instante.

Cuando somos adultos muchas veces se nos olvida eso que aprendimos de niños, que empíricamente aprendimos a ser felices, que nuestra alegría es empírica, que aunque la vida de adulto es diferente, que las responsabilidades cambian o crecen, nunca deberíamos perder la capacidad de vivir el momento, de actuar, de resolver, de atreverse a perder el miedo, de experimentar y sobretodo de disfrutar, de vivir la tristeza pero no olvidar lo que nos hace sentir alegría y del niño que llevamos dentro, que las mejores cosas de la vida son intangibles, que la felicidad está desde los ojos con que se mira y se va alimentando día a día, que una pieza clave de la vida, es no dejar morir al niño que llevamos dentro y que cuidar tu alegría es parte esencial en ti mismo.

“Lo que es muy serio y atiza, un gran remedio: LA RISA” - Tin Tán

Eve VillaseñorEl niño que llevamos dentro