DESIDERATA

DESIDERATA

Hoy me he sentado a extrañarte y es que estos momento sin tenerte cerca, me parecieron días, he querido corromperte la serenidad, la estabilidad, la tranquilidad, las ganas, el pudor, el deseo, el miedo, tomarte de la mano y caminar sin temor al murmullo las calles, hacer de lo incorrecto, lo oportuno, hacerte olvidar del mundo y posarnos ante él, como si fuera nuestro.

Y es que la incertidumbre me susurra que no hemos de ser aquellos que estén eternamente en el pensamiento, nuestras almas, nuestros labios, nuestra locura, nuestros cuerpos, nuestras sonrisas nuestras ganas, nuestra cama, el abrazo por la noche y el beso por la mañana, el arroparnos cuando el sereno de la noche se hace llegar, que nos sumaremos al pasado, sin embargo, somos un amor que está lleno de ganas, de ese que se alimenta día a día, con la idea incauta que siempre suman.

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Hemos sido de esos amores sin nombre, sin etiqueta, de esos que se viven de prisa y sin titubear, con deseos de que al final ninguno de los dos saldrá por esa puerta para darle final a lo que no tuvo nombre ni prejcios, sin la idea retorcida de un regreso ante algo que nunca se le ha puesto punto final.